Recomendaciones del informe:
Formular, aplicar y
supervisar un plan de acción nacional para la prevención de la violencia
Mejorar la
capacidad de compilación de datos sobre la violencia
Definir prioridades y prestar
apoyo en materia de investigación sobre las causas, las consecuencias, los
costos y la prevención de la violencia
Promover medidas básicas de
prevención
Fortalecer las medidas de apoyo a las víctimas de actos de
violencia
Integrar la prevención de la violencia en las políticas sociales y
educativas promoviendo de esa manera la igualdad social y de género
Aumentar la colaboración y el
intercambio de información sobre la prevención de la violencia
Promover y supervisar la
adhesión a los tratados, instrumentos jurídicos y otros mecanismos para proteger
los derechos humanos
Procurar que se den respuestas prácticas y acordadas
internacionalmente al tráfico internacional de drogas y de armas
El nuevo
informe de la OMS presenta un cuadro más completo de la violencia en el
mundo.
El Informe
Mundial sobre la Violencia y la Salud es el primer informe general de
estas características que aborda la violencia como un problema de salud pública
en todo el mundo.
Cada año, más
de 1,6 millones de personas en todo el mundo pierden la vida violentamente. Los
expertos en salud pública señalan que esos datos no son sino la punta del
iceberg, puesto que la mayor parte de los actos violentos se cometen puertas
adentro y quedan sin registrar.
El objetivo de
este Informe es arrojar luz sobre estos actos. Aparte de las muertes, millones
de personas resultan heridas a consecuencia de la violencia y sufren problemas
físicos, sexuales, reproductivos y mentales, tal como se señala en el primer
Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud, que hoy hace público la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el Informe
se afirma que las muertes y discapacidades causadas por la violencia convierten
a ésta en uno de los principales problemas de salud pública de nuestro tiempo.
La violencia
es una de las principales causas de muerte en la población de edad comprendida
entre los 15 y los 44 años, y es responsable del 14% de las defunciones entre la
población masculina y del 7% entre la femenina.
En un día
cualquiera, 1424 personas mueren en actos de homicidio, casi una persona por
minuto. Aproximadamente una persona se suicida cada 40 segundos. Unas 35
personas mueren cada hora como consecuencia directa de un conflicto
armado.
Se calcula que
en el siglo XX, 191 millones de personas perdieron la vida como consecuencia
directa o indirecta de un conflicto, y bastante más de la mitad eran civiles.
Algunos
estudios han demostrado que en algunos países los gastos sanitarios
causados por la violencia representan más del 5% del
PIB.
Recomendaciones del informe:
Formular, aplicar y
supervisar un plan de acción nacional para la prevención de la violencia
Mejorar la
capacidad de compilación de datos sobre la violencia
Definir prioridades y prestar
apoyo en materia de investigación sobre las causas, las consecuencias, los
costos y la prevención de la violencia
Promover medidas básicas de
prevención
Fortalecer las medidas de apoyo a las víctimas de actos de
violencia
Integrar la prevención de la violencia en las políticas sociales y
educativas promoviendo de esa manera la igualdad social y de género
Aumentar la colaboración y el
intercambio de información sobre la prevención de la violencia
Promover y supervisar la
adhesión a los tratados, instrumentos jurídicos y otros mecanismos para proteger
los derechos humanos
Procurar que se den respuestas prácticas y acordadas
internacionalmente al tráfico internacional de drogas y de armas
Las 8
recomendaciones se hallan detalladas en:
«El Informe
nos lanza también un reto en muchos terrenos. Nos obliga a ir más allá de
nuestro concepto de lo aceptable y cómodo para cuestionar la idea de que los
actos violentos son meras cuestiones de intimidad familiar o de elección
individual, o bien aspectos inevitables de la vida», afirma la Dra. Gro Harlem
Brundtland, Directora General de la OMS.
Añade que «la
violencia es un problema complejo, relacionado con esquemas de pensamiento y
comportamiento conformados por multitud de fuerzas en el seno de nuestras
familias y comunidades, fuerzas que pueden también traspasar las fronteras
nacionales».
El Informe
Mundial sobre la Violencia y la Salud constituye la primera recapitulación
general del problema de la violencia a escala mundial. No sólo se centra en la
magnitud del problema sino que aborda también cuestiones relacionadas con las
causas de la violencia y los métodos para prevenirla y mitigar sus consecuencias
negativas para la sociedad y la salud. Además de las facetas conocidas de la
violencia colectiva, como las guerras o los conflictos, en el Informe se
examinan cuestiones igualmente importantes pero relegadas a menudo a un segundo
plano, como la violencia juvenil, el maltrato de menores, el maltrato de
ancianos, la violencia contra la pareja, la violencia sexual, la violencia
autoinfligida o los suicidios.
Los datos
sobre la violencia juvenil indican que la tasa de homicidios entre jóvenes ha
aumentado en muchas partes del mundo. Se calcula que, por cada joven muerto a
consecuencia de la violencia, entre 20 y 40 sufren lesiones que requieren
tratamiento. Los estudios muestran que las peleas y la intimidación son comunes
entre los jóvenes y que el abuso del alcohol es una de las circunstancias que
desencadena la violencia. Por lo que se refiere al maltrato de menores, los
datos de algunos países indican que aproximadamente el 20% de las mujeres y el
5%-10% de hombres han sufrido abusos sexuales durante la infancia.
En el Informe
se señala que las mujeres son las que corren más riesgos en entornos domésticos
o familiares. Casi la mitad de las mujeres que mueren por homicidio son
asesinadas por sus maridos o parejas actuales o anteriores, un porcentaje que se
eleva al 70% en algunos países.
Aunque es
difícil obtener cifras exactas debido a la falta de registros, según los datos
disponibles, una de cada cuatro mujeres será víctima de violencia sexual
por parte de su pareja en el curso de su vida. La mayoría de las
víctimas de agresiones físicas se ven sometidas a múltiples actos de violencia
durante largos periodos.
En una tercera
parte o en más de la mitad de estos casos se producen también abusos sexuales.
En algunos países, hasta una tercera parte de las niñas señalan haber sufrido
una iniciación sexual forzada.
Según el
Informe, el maltrato de los ancianos es uno de los rostros más ocultos de la
violencia, que además tiene muchas probabilidades de aumentar porque en muchos
países la población está envejeciendo rápidamente. Hasta un 6% de los ancianos
declaran haber sufrido maltrato. Por lo que se refiere a los suicidios o a la
violencia autoinfligida, está demostrado que es una de las principales causas de
muerte en el mundo. En la población de edad comprendida entre los 15 y los 44
años, el suicidio constituye la cuarta causa de muerte y la sexta causa de mala
salud y discapacidad.
Los expertos
afirman que aunque las estadísticas son escalofriantes, la situación está lejos
de ser desesperada. «La violencia no es inevitable, ni constituye un componente
intrínseco de la condición humana», señala la Dra. Etienne Krug, Directora del
Departamento de Prevención de los Traumatismos y la Violencia. Añade que «en
todo el mundo se encuentran pruebas de que la violencia puede prevenirse con una
diversidad de medidas destinadas a los individuos, las familias y las
comunidades». A modo de complemento del planteamiento «ley y orden» de la
violencia, el Informe propugna un acercamiento desde la perspectiva de la salud
pública que incluya los complejos fundamentos sociales, psicológicos, económicos
y comunitarios de la violencia. Aunque algunas investigaciones recientes
apuntan hacia factores biológicos y otros factores individuales que pueden
explicar en algunos casos la predisposición hacia la violencia, con más
frecuencia estos factores interactúan con factores familiares, sociales,
culturales y otros factores externos para crear situaciones en las que es
probable la aparición de la violencia. Entender esas situaciones y esas
causas nos ofrece la posibilidad de intervenir antes de que se cometan los actos
violentos, proporcionando a los responsables políticos una gran variedad de
alternativas concretas para prevenir la violencia.
Entre las
recomendaciones para prevenir la violencia que formula el Informe se incluyen
respuestas de prevención primarias como los programas de enriquecimiento
preescolar y desarrollo social para niños y adolescentes, formación para los
padres y medidas para reducir las heridas por armas de fuego y mejorar la
seguridad en relación con éstas.
Otras
recomendaciones son reforzar las respuestas a las víctimas de la violencia,
promover el cumplimiento de los tratados internacionales y la legislación y
aumentar la capacidad de recolectar datos sobre la violencia.
Las 8
recomendaciones se hallan detalladas en: