En Valencia, todavía se recuerda, una discoteca ofrecía una operación de aumento de pecho. En Almería un pub publicitaba bebidas alcohólicas a bajo coste mediante un anuncio de dos menores de cinco años en el que una niña enseñaba el interior de su braguita a un niño –con esto voy a dominar tu vida, rezaba “el bocadillo”. En Málaga un pub anunciaba que las jóvenes que acudieran al local vestidas de colegialas tendrían una copa gratis. Una discoteca de Granada organizaba “subastas” de chicas solteras en horario infantil. Y siguen los anuncios de coches y otros en los que la imagen para el tiron publicitario es una mujer joven y de “buen ver".
¿Qué esta pasando? Doa cosas. En primer lugar, que la visión machista, la mujer y su sexo son “objeto” para el hombre-. Y, en segundo lugar, que las campaña en pro de la igualdad, los esfuerzos a favor de una publicidad no sexista han fracasado, al menos en buena medida.
¿Que esta pasando? Que todo lo previsto en la educación para la igualdad de los sexos, para una visión en donde el sexismo no tenga cabida, brilla por su ausencia o casi. Y ya que pueden poner en marcha denuncias o intervenciones administrativas, que todo seguirá igual, más o menos, mientras no se invierta en educación y desde la más tierna infancia. Y no estaría de más que cuando ocurrirán las publicidades anteriormente descritas, la sanción fuera “de órdago a la grande”.
Y no se trata solamente de una cuestan que afecta a la igualad de genero, sino que tal cuestión afecta a la violencia machista sobre la mujer. Porque presentar a la mujer “como objeto para el placer del hombre” es inducir a éste a ejercer la violencia necesaria para “disfrutar” de se placer”. Es, en definitiva, presentar a la mujer como ser subordinado al hombre, dominable bien por las buenas, bien por las malas.
Insito. O educamos a las nuevas generaciones, o estamos perdiendo el tiempo. Y esa educación debe comenzar por la publicidad y en los medios de comunicación. Si en la escuela se enseña la igualad y en la calle la publicidad muestra otra realidad, estamos perdiendo el tiempo.