Violencia ¿20 años no es nada?

Rutina, silencios y maltrato pasan por la pantalla durante 15 minutos

La Habana, 23 nov. 10. AmecoPress/SEMlac.- Tristeza, nostalgia, ira, asombro y un breve atisbo de esperanza atrapan al espectador que se enfrenta por vez primera al corto 20 Años, una de las más recientes producciones de los Estudios de Animación del Instituto Cuba de Arte e Industrias Cinematográficas (ICAIC).

Una mujer negra, ama de casa y frisando la llamada "edad mediana" trajina en una casa humilde, entre lágrimas y nostalgias, mientras contempla una foto de su boda que languidece colgada en la pared.

No hay diálogos. Son los versos del clásico bolero que da título al corto, cantados por la propia autora, María Teresa Vera, y por Omara Portuondo, los que facilitan pistas de hacia dónde se dirige conceptualmente la propuesta cinematográfica.

"Qué te importa que te ame/ si tú no me quieres ya/ el amor que ya ha pasado/ no se debe recordar/ fui la ilusión de tu vida/ un día lejano ya/ hoy represento el pasado/ no me puedo conformar…", se escuchan los versos de Vera, dando voz a las cuitas de la protagonista.

Sostenida sobre un magistral empleo de la cámara, la música de Harold López Nussa y la técnica del Stop Motion (animación en plastilina), la ópera prima de Bárbaro Joel Ortiz narra la historia de una esposa que intenta salvar el amor en su matrimonio.

Rutina, silencios y maltrato pasan por la pantalla durante los 15 minutos de una bien articulada historia que Ortiz cocinó durante casi dos décadas, a medida que observaba la realidad de su entorno y la forma de comportarse de muchas mujeres que ha conocido, según sus propias palabras.

"Siempre me ha impresionado cómo muchas mujeres suelen cargar con la parte más activa de las relaciones de pareja, mientras los hombres son como robots" detalló el realizador, graduado del Instituto Superior de Arte (ISA).

Para el académico y crítico de arte Mario Masvidal, 20 Años discurre sobre las relaciones humanas y los avatares de la sociedad contemporánea, en particular de la cubana.

"Esta obra es, a la vez, descriptiva y reflexiva sobre un cierto estado de cosas, a partir de un corte sincrónico en la historia cotidiana del país, y en la cual se imbrican lo local y lo universal, lo histórico y lo lógico", escribió el también filólogo, profesor del ISA y de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.

"El corto es una viñeta de la realidad, un reflejo de lo que sucede a muchas parejas cuando llevan muchos años de convivencia, pero no busca mostrar soluciones", confirmó Ortiz.

Las violencias sutiles

"Hacía mucho tiempo que no veía un animado para adultos que emocionara de esa manera", confesó el periodista y crítico José Luis Estrada Betancourt en sus comentarios sobre el último Festival de Cine Pobre, uno de los escenarios donde fue exhibido el animado, en octubre pasado.

Un análisis más detenido de la propuesta de Ortiz justifica la opinión de Estrada.

No solo rutina y desamor se observan en la pantalla. Tras la monotonía de la relación de pareja, aparecen actos de violencia, unos sutiles y otros no tanto, que se manifiestan habitualmente en muchos hogares contemporáneos y suelen pasar inadvertidos.

Mientras la mujer pasa todo el tiempo ocupada en los quehaceres domésticos, el esposo permanece en un sillón, enajenado frente a un partido de beisbol entre los equipos de Industriales y Santiago de Cuba, la pugna más clásica -y más enardecida- del deporte nacional cubano.

Cuando su equipo favorito pierde, el hombre rompe contra el suelo el plato de comida que antes había tomado de las manos de su esposa, sin prestarle un segundo de atención.

Además del acto violento en sí mismo, esa indiferencia que roza con el desprecio clasifica dentro de lo que el psicólogo argentino Luis Bonino Méndez ha descrito como microviolencias.

Son "pequeños, casi imperceptibles controles y abusos de poder cuasi normalizados, que los varones ejecutan permanentemente", según Bonino, quien también las llama micro-machismos.

Según el experto, constituyen "hábiles artes de dominio, maniobras que sin ser muy notables, restringen y violentan insidiosa y reiteradamente el poder personal, la autonomía y el equilibrio psíquico de las mujeres, atentando además contra la democratización de las relaciones".

Reflejo de una herencia patriarcal presente en la mayoría de los hogares cubanos, estas formas de agresión son más comunes de lo que muchas veces se reconoce, se van articulando a partir de diferencias al interior de las familias y, dada su invisibilidad, se suelen ejercer con impunidad.

Aunque según la psicóloga Mareelén Díaz Tenorio, del grupo de familia del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), "todas las diferencias no son violencia de género", también reconoce que hay algunas "históricas, tradicionales, que se convierten en desigualdades y llegan a generar maltrato".

"La reiteración de esos pequeños actos va produciendo un daño sostenido que se agrava en el tiempo y afecta la autoestima de las víctimas, que no pueden establecer estrategias de enfrentamiento porque no las identifican como una agresión", detalló Díaz Tenorio.

Al final del animado, en una búsqueda desesperada por llamar la atención del marido, la protagonista marcha hacia el estadio de béisbol para intentar que él la vea a través de la pantalla del televisor.

Según Masvidal, el corto contiene "un viejo reclamo feminista, lamentablemente aún válido en muchas sociedades: la denuncia del maltrato y la subvaloración de la mujer como apéndice del hombre, la mujer-objeto, la mujer-sirviente que, para intentar ser re-conocida, debe re-convertirse en espectáculo del y para el hombre; y ni siquiera como un ’show’ autónomo, sino como simple tramoya del escenario de otro ’show’, en este caso, deportivo".

Pero no solo la esposa recibe el daño. Una mirada más detenida a la propuesta descubre que el esposo, atrapado en una rutina que nadie le enseñó cómo vencer, es parte de esa herencia patriarcal que la sociedad cubana aún lleva a cuestas.

"Muchos de estos comportamientos no suponen intencionalidad, mala voluntad ni planificación deliberada, sino que son dispositivos mentales y corporales incorporados y automatizados en el proceso de ’hacerse hombres’, como hábitos de reacción frente a las mujeres", ha explicado Bonino.

Para Alex Cabanas, productor del corto, "la mujer juega el rol activo en esa relación y transmite un mensaje esperanzador al tratar de salvarla a toda costa, pero el hombre también es una víctima de los roles socialmente aceptados".

A juicio de Masvidal, "esta es una historia triste, realista, rayando en el naturalismo, y hasta pesimista, donde la protagonista rememora un estado de felicidad perdido que intenta recuperar, pero que no logra".

También es la evidencia de cómo las relaciones cotidianas en la actualidad están cada vez más condicionadas por los medios de comunicación, en opinión del académico.

Para Cabanas, una de las mayores virtudes de la propuesta cinematográfica es que el público no suele quedar indiferente, lo que le otorga a la obra el valor no solo de entretener, sino de despertar la reflexión sobre realidades cotidianas que urge atender.

"Cuando las personas lo ven, tienen dos tipos de reacciones: se conmueven con esa historia de persistencia y amor, o experimentan ira por saber que ese tipo de mujer existe, que no se rebela ante la indiferencia y el silencio agresivo del esposo", precisó el productor.

Corto multipremiado

20 Años, se estrenó en el XXXII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, donde se alzó con el Premio Especial del jurado de animación.

En esa cita, el dibujo animado obtuvo, además, los premios colaterales conferidos por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.

La crítica de la isla también seleccionó a 20 Años como el mejor animado exhibido en 2009, además de ser recompensada en el Festival Internacional de Cine Pobre, y escogida para la Selección Oficial de la III Muestra Itinerante del Caribe.

En periplos internacionales, se ha presentado con éxito en los festivales de Annecy, en Francia; Cartoom on the Bay, en Italia, y el Havana Film Festival, de Nueva York; y obtuvo el premio de animación en el Festival Internacional Avanca, un reconocido encuentro de cine, televisión, video y multimedia que se celebra en Portugal.

Amecco Press