Ochenta años desde la aprobación del sufragio femenino en España

Tras días de feroces discusiones en el Congreso, en las que pudieron escucharse todo tipo de descalificaciones hacia las mujeres y propuestas peregrinas, el 1 de octubre de 1931 las Cortes Constituyentes aprobaron el sufragio femenino. Las mujeres seguían siendo “dependientes e inferiores” respecto al marido y no tenían personalidad jurídica, pero al menos podían votar. Ochenta años después, a pocos días de las elecciones municipales y autonómicas, los partidos políticos se esfuerzan en pedir el voto a las ciudadanas de una manera específica pues podrían definir la “victoria”.

En las generales de 2008 el PSOE le sacó en torno a 10 puntos al PP en el voto de las ciudadanas. Suponen el 51,5 por ciento del censo electoral aproximadamente, pero tienden más a la abstención que los varones. Y algo más: nadie sabe de qué modo se inclinarán, ni los motivos que impulsarán tal decantación. Porque si bien en 1931, las tendencias estaban más o menos claras y resultaban fáciles de predecir, hoy las cosas han cambiado.

En la época de Victoria Kent, la clase alta votaba a la derecha y la baja a la izquierda. Las mujeres, más a la derecha – de ahí las reticencias a darles el voto femenino en la República- y los hombres, más a la izquierda. Actualmente, la pluralidad de modelos, estilos de vida y opciones dificulta “encasillar” a alguien en una opción política. No se puede predecir el voto en función de los grupos sociales, la clase o el sexo.

Antes de la aprobación del sufragio femenino, era una paradoja que las mujeres pudieran ser elegidas y no pudieran elegir, al contrario de lo que sucede hoy con las personas inmigrantes, que “pueden votar”, pero no formar parte de una candidatura. El Gobierno republicano había autorizado el 8 de mayo de 1931 que las mujeres (y los sacerdotes) pudieran presentarse en las candidaturas, pero el voto se postergaba a una futura discusión en las Cortes. Campoamor se presentó por el partido Radical y Victoria Kent por el radical-socialista. Fueron elegidas y esto ayudó en el posterior debate.

La aprobación del sufragio femenino se consiguió solo por 40 votos: 161 votos a favor y 121 en contra. Ni se restringía ese derecho como querían algunos ni se aplazaba hasta que las españolas, muchas de ellas ancladas en la sumisión al marido y la obediencia al confesor, sintieran suya la República y estuvieran preparadas, como había pedido Kent. Las primeras elecciones municipales y autonómicas en las que las ciudadanas pudieron participar, se celebraron en 1936. Después, las incipientes esperanzas de cambio para la mujer quedaron ahogadas por la Guerra Civil y la dictadura. Habría que esperar a 1975 para que la española obtuviera plena capacidad jurídica.

Listas paritarias

Para la presentación de las candidaturas de cara a los próximos comicios del 22 de mayo, los partidos políticos han tenido que respetar la “paridad” entre hombres y mujeres en todos los municipios que superan las 3000 personas habitantes. En las anteriores, el límite estaba en 5000.

Las llamadas “listas cremallera” es una propuesta del PSOE, apoyada por gran parte de las agrupaciones políticas y defendidas por las organizaciones feministas. “Son medidas necesarias para corregir cientos de años de patriarcado y desigualdad”, piensa Laura Seara, directora del Instituto de la Mujer.

El Partido Popular se opuso a la obligatoria paridad e incluso presentó un recurso ante el Constitucional. Argumenta que “lo importante son los propios méritos”.

A por ’ellas’: mensajes y encuentros

Sin embargo, por primera vez, en esta campaña se dirigen de manera específica a las mujeres con un folleto y tres cuñas radiofónicas, ofreciendo “empleo e igualdad”. Además, el líder popular, Mariano Rajoy protagonizó un encuentro la semana pasada con las candidatas del PP.

Esta práctica – reuniones con las representantes femeninas y con mujeres simpatizantes – la siguen también el PSOE e IU. En Madrid, hace dos semanas, el propio Zapatero protagonizó el encuentro “para que gane la Igualdad”, y el próximo miércoles día 18 se celebrará un encuentro con candidatas de IU a diferentes ayuntamientos y a la asamblea de la Comunidad de Madrid para debatir lo que han llamado “propuesta feminista”.

Pareciera que el PSOE parte como favorito para el electorado femenino. Ganó muchos puntos al apostar por un Ejecutivo paritario por primera vez en la historia de España y en el Gobierno, con la corrección en leyes de varias propuestas que benefician a las mujeres: contra la violencia de género, dependencia, igualdad, aborto, etcétera.

Sin embargo, en la última etapa, ha sido responsable de la caída del Ministerio de Igualdad, -un icono-, ha postergado varias promesas y medidas anunciadas “por falta de presupuesto” y lleva a sus espaldas el peso de una crisis que golpea de manera especial en los colectivos de jóvenes y mujeres.

Los efectos y la dirección de la llamada “crisis económica” es algo que están señalando varios partidos pequeños, sin representación parlamentaria, adviriendo que en los recortes sociales por los que están apostando los gobiernos europeos “ellas son grandes perjudicadas”.

Así pues, las mujeres pueden decidir, declinar la balanza, en este debate político que va abriendo un espacio a la igualdad, lo que contribuirá sin duda, a que más tarde o más temprano, se exprese el cambio de prioridades que necesitamos y nuevas respuestas y recursos salgan a la luz.

Foto archivo AmecoPress