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Sólo del 5 al 10 por ciento de los casos de maltrato son denunciados. Miguel Lorente alerta del posmachismo

Expertas en violencia de género insisten en que es necesario apoyar a las víctimas pero no presionarlas

En el marco del curso ’La violencia de género: análisis de la realidad’ que la Universidad Pablo de Olavide (UPO) organiza durante esta semana en su sede carmonesa, ayer se desarrolló una mesa redonda que bajo el título ’Cómo se detecta la violencia’ integró la perspectiva de cuatro expertas en el estudio y la lucha contra la violencia machista. Todas ellas coincidieron en subrayar que las víctimas de malos tratos no quieren denunciar por diversas razones, entre las que destacan el miedo o la dependencia afectiva y que es importante apoyarlas, pero no presionarlas.

La primera en intervenir fue Alicia Vañó, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas de Andalucía y coordinadora de la mesa redonda, quien definió la psicología, la experiencia y la empatía como las claves de la atención a la mujer maltratada, que debe ser "alertada de su situación, pero nunca asustada". Además, denunció el "peregrinaje" por las administraciones de las mujeres maltratadas.

En las distintas intervenciones se profundizó acerca del origen, manifestaciones y consecuencias de la violencia machista. Vañó apuntó que responde siempre a un "intento de dominio del hombre sobre la mujer", y que para el maltratador la insumisión de las mujeres supone el cuestionamiento de su propia identidad masculina, provocándole un estado de inseguridad que suele derivar en agresividad.

También participó con su testimonio una víctima de la violencia de género, quien afirmó que "todas las mujeres somos maltratadas porque el mundo no está preparado para la mujer".

Por su parte, la psicóloga Maite Manzanares aseguró que hay mujeres que "viven en el terror" y creen que verdaderamente están locas cuando acuden en busca de ayuda psicológica. Además, las víctimas, explicó, desarrollan un "miedo atroz a todo" como trastorno derivado del maltrato. Igualmente, la psicóloga señaló la importancia de no cuestionar las decisiones de la mujer si decide volver o perdonar al maltratador, sino que debe seguir trabajándose con ella para "empoderarla".

Maltrato psicológico: Violencia "invisible"

Manzanares se extendió en el maltrato psicológico, un tipo de “violencia invisible" que se manifiesta en los cambios de humor, el control de las relaciones sociales o la ridiculización pública de las mujeres que "erosiona" diariamente la personalidad y genera dependencia afectiva por una baja autoestima, así como aislamiento social, indefensión y deterioro cognitivo de la víctima. La actitud más común de la mujer maltratada, ha añadido por último, es la negación, además del conformismo, la culpabilidad o el miedo.

Por su parte, la abogada Elena López Quintana, expuso la necesidad de luchar contra la violencia de género, mediante la actuación en dos planos: la prevención y la intervención. En ambos sentidos es vital la formación de las personas profesionales.

Posmachismo

También ha participado, en este seminario Miguel Lorente, delegado del Gobierno para la violencia de género, impartiendo la conferencia inaugural "Violencia de género: Acciones y reacciones" según ha informado dicha institución académica en un comunicado. Miguel Lorente alertó de la llegada del "posmachismo, que no es más que el intento de recuperar los valores tradicionales para intentar mantener el espacio de poder y control que han tenido los hombres".

Para ello, indicó que se utilizan argumentos como que, a pesar de todos los cambios en beneficio de la igualdad, los problemas continúan, y también culpan a las mujeres de nuevos problemas y más graves como consecuencia de los cambios, como tener a las personas mayores en residencias y el abandono de los hijos e hijas.

El delegado afirmó que "la igualdad todavía no ha sido conseguida, ni reconocida, al mismo nivel que otros valores universales, como la libertad". En este sentido, destacó como logros muy importantes del feminismo las leyes del divorcio no culpable, que permitieron a las mujeres divorciarse sin el permiso del marido; el control de la fertilidad, la libertad sexual y la incorporación de la mujer a la vida laboral.

Fotos archivo AmecoPress