8M Que viva a Loita Feminista

Madrid, 09 marzo. 17. Amecopress. Multitudinaria, alegre, diversa y reivindicativa. La movilización del 8 de marzo rebasó las expectativas y demostró que el feminismo está más vivo que nunca. Militantes históricas, jóvenes adolescentes y hasta hombres concienciados llenaron las calles entonando cánticos y portando pancartas para manifestar su oposición a un sistema heteropatriarcal que oprime a las mujeres y reivindicar las propuestas feministas.
La cabecera de la manifestación en Madrid ha sido liderada por el movimiento feminista con una pancarta morada con el lema “Juntas y fuertes, feministas siempre. Paro internacional contra el heteropatriarcado”. Y es que este año, la movilización del 8 de marzo ha profundizado en su perspectiva y compromiso internacional, dando lugar a un paro seguido en 46 países. “Eso nos ha dado mucha fuerza”, advierte una de las jóvenes organizadoras de la marcha.

Pasadas las 18.30 de la tarde, y tras el paro de media hora de la mañana, grupos de manifestantes se concentraban en la plaza de Cibeles, de donde arrancaba la manifestación. Las organizadoras, radiantes, lanzaban un mensaje: “Si nos matan, nos acosan, sufrimos discriminación, agresiones y brecha salarial, produzcan sin nosotras”. Aunque el tráfico no había sido cortado, las calles se veían abarrotadas por una multitud que quería expresar su oposición a las múltiples discriminaciones que vivimos las mujeres de todo el mundo: nada podía impedir que la fiesta comenzara.

A ritmo de una canción de la rapera feminista Gata Cattana, recientemente fallecida, y mientras la fuente de Cibeles y el Ayuntamiento de Madrid se iluminaban de morado, la manifestación iniciaba su andadura. Tras casi una hora con la cabecera taponada, se pudo avanzar por Gran Vía.

Voces que se alzan: “Que viva la lucha de las mujeres”, “No es un caso aislado, se llama patriarcado” o “La lucha será feminista o no será”. Batucadas que marcan el ritmo. Jóvenes vestidas de negro se mueven ligeras plantando cara al patriarcado. No estamos todas: faltan las refugiadas, hacinadas en fronteras injustas mientras huyen de la violencia, faltan también las mujeres que han sido asesinadas por el hecho de ser mujeres.

Muchas jóvenes. “Cuando las mujeres nos opusimos a la ley que quería imponernos Gallardón, hubo muchas jóvenes que se sumaron sin saber que eran feministas, y descubrieron un movimiento reivindicativo, vino, imaginativo y propositivo. Y se quedaron”, explica Inés Gutiérrez, de la Comisión del 8 de marzo del movimiento feminista de Madrid.

Julia participa en la manifestación del 8 de marzo desde hace 32 años. Mira alrededor en silencio y le brillan los ojos. “Creo que nunca habíamos vivido algo así, estamos más vivas que nunca, y tenemos que recordar al mundo que las mujeres queremos los mismos derechos y las mismas oportunidades que los hombres”, advierte.

Sobre las 21.00 la cabecera llegaba a Plaza España, donde finalizaba la manifestación. Allí la Solfónica interpretó varias canciones, entre ellas, una en honor a las mujeres que han estado un mes en huelga en la Puerta del Sol contra la violencia machista y que finalizaron este martes.

Tejiendo una alianza internacional desde las situaciones concretas

“Compañeras, hermanas, lo estamos consiguiendo: Viva la lucha feminista”, ha dicho desde el escenario una de las organizadoras, antes de leer el Manifiesto y mientras esperaban la llegada de las miles de participantes. “El feminismo está en Madrid, nos aliamos para ser más fuertes y paramos para gritar que queremos un país más justo”. Lo cierto es que la movilización ha sido un éxito: “hemos parado la ciudad y el mundo, es increíble todas las que estamos aquí, gracias a todas por sumar”.

El Manifiesto, leído por cuatro mujeres de distintas edades y territorios, recordó los crímenes machistas de Argentina y las luchas feministas de Rusia, Polonia o el Sáhara. “Porque su lucha es nuestra lucha, porque estamos todas juntas”.

“Plantamos cara y exigimos soluciones”, piden. Por ello, exigen “un cambio de modelo político donde nuestros derechos no sean cuestionados”, que “se respete la diversidad de género y sexual” y que se acoja a “todas las personas que deseen migrar, porque la movilidad es un derecho”. También han reivindicado “protección para las víctimas de trata”, “currículos feministas” en la educación y que las mujeres y trans puedan “decidir libremente” sobre sus derechos sexuales y reproductivos. El Manifiesto recuerda que “los cuidados físicos y emocionales nos conciernen a todos y a todas, no solo a las mujeres”, pide el fin de los recortes, “respeto hacia las mujeres” por parte de los medios de comunicación y una política feminista, “no feminizada”.

El merengue feminista ha cerrado la manifestación madrileña. Miles de personas se han manifestado también en otras 50 ciudades españolas para reivindicar la igualdad y lanzar “un grito común” contra las violencias machistas.

Así, cientos de miles de mujeres de todo el mundo, múltiples en étnias y costumbres, en su sexualidad y estilo de vida, en su posición social y económica, desde sus situaciones concretas, han emergido internacionalmente para luchar juntas. Y esto no para.

Fotos AmecoPress


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